Valores Masónicos
Frecuentemente la masonería es preguntada por los valores y principios que la inspiran. También le interesa a la masonería explicar las bases morales sobre las que se sustenta. Más allá del elenco de valores que se detallan en las Constituciones Masónicas, los valores que esgrime la masonería son principios que la civilización ha postulado en algún momento de la historia. La masonería los reúne y los practica.
Su ADN adopta como divisa: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, entendida como una trilogía inquebrantable. Cualquiera de estos tres conceptos resulta incompleto sin su alianza con los otros dos. Hay que decir que su formulación masónica, y en realidad todos los principios que se proclaman en masonería, cobran sentido en relación consustancial entre ellos.
Una primaria tipología simple, explicada con un sentido pedagógico, puede agrupar estos principios en dos bloques:
Primero, aquellos que poseen naturaleza social; es decir: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, “mejoramiento material y moral de los hombres y mujeres” y “el perfeccionamiento intelectual y social de la Humanidad”.
Segundo, aquellos que poseen una naturaleza individual; es decir: “tolerancia mutua”, “el respeto de los otros y de uno mismo” y “la libertad absoluta de consciencia”.
Este doble carácter de sus principios, el individual y el social, constituyen el principal basamento de la ontología francmasónica que, al igual que otras filosofías, no separa la concepción intelectual de sus valores de la práctica o del comportamiento de sus miembros. Esta Institución exige que sus miembros sean hombres libres antes de su iniciación (la masonería es una comunidad “iniciática) y, una vez dentro, trabajen su libertad a través de las herramientas y métodos que la Institución pone a su servicio.
Como puede verse, la masonería aspira a cambiar el Mundo, mejorándolo y perfeccionándolo y, para ello, se apropia de la idea de que, con absoluta certeza, hay un lugar en el Mundo que puede mejorarse y perfeccionarse y ese lugar es uno mismo. Los principios masónicos de tolerancia, respeto por uno mismo y los demás, libre pensamiento, solidaridad, búsqueda de la verdad y estudio de la moral, tienen su origen en la persona y su destino en la Humanidad.
Finalmente, decir que estás visitando una página del Gran Oriente de Francia (GOdF). Esta Obediencia “GOdF” (para hacerse una idea, digamos que es como una gran franquicia en el mundo masónico), concreta un poco más el principio de “libertad absoluta de consciencia”, prestando especial atención al estudio y postulado de la “Laicidad”. Este valor de la laicidad en absoluto ha de confundirse con anticlericalismo, sino con la defensa de que a toda persona se le debe respetar sus creencias y concepciones metafísicas, siendo éstas cuestiones “del dominio exclusivo de la apreciación individual”.